Una de las dudas más recurrentes a la hora de instalar suelos de madera en nuestro hogar, es si podemos poner parquet en la cocina. Si bien colocar parquet es una buena idea por la calidez que aporta la madera y la capacidad que tiene para hacer que cualquier espacio sea acogedor, elegante o rústico, debemos tener especial cuidado en las estancias que estén más expuestas a las humedades.
Actualmente es posible colocar parquet en baños y cocinas ya que los suelos de madera son resistentes y duraderos. Además, si instalamos parquet en todo el hogar, es más que recomendable que la cocina también tenga el mismo tipo de suelo.
Como hemos mencionado anteriormente, colocar un parquet acostumbra a ser una elección adecuada para cualquier estancia por las posibilidades que alberga y las cualidades que aporta a cualquier espacio. Esto, también se traduce en el caso de la cocina.
Aunque instalar un suelo sintético podría ser más práctico ya que es un suelo que requiere menos cuidados, el parquet es muy resistente por lo que, en un suelo como el que necesita una cocina, resulta una opción adecuada además de atractiva por sus propiedades estéticas.
Por ejemplo, en el caso de una cocina que sea abierta o moderna, el parquet será casi imprescindible para no restar valor a todo el establecimiento o hogar. De la misma manera que espacios como el salón o los dormitorios tienen un suelo de calidad, el de la cocina no puede ser menos ya que rompería con la línea estética y con las propiedades del suelo
Una de las ventajas de colocar parquet en la cocina es su fácil instalación. El parquet es un suelo que no presenta dificultades en su instalación, de hecho, se puede incluso poner cuando ya está el mobiliario colocado.
Por otro lado, el proceso de limpieza es muy sencillo y si seguimos un mantenimiento adecuado es un suelo que nos puede durar toda la vida. Además, es ecológico a la vez que aporta confort y elegancia.
También es un suelo que combina perfectamente con otros revestimientos. Combinar el parquet con otro pavimento sería también una buena opción para colocarlo en cocinas o incluso baños.
Para saber el tipo de parquet que más nos conviene deberemos tener en cuenta el uso que le vamos a dar al espacio y su apariencia estética. La madera natural es un material que ofrece un sinfín de posibilidades frente a los suelos sintéticos, que resultan más difíciles de reparar y confieren un aspecto más superficial que los parquets.
Los suelos sintéticos intentan imitar la madera, pero es imposible que un material sintético pueda conseguir las propiedades que encontramos en los parquets, ya que la madera es un material que está vivo y, por lo tanto, su sensibilidad, calor y confort son únicos.
Además, cuando un suelo sintético se deteriora o sufre algún rasguño, no puede restaurarse. Es decir, que deberemos comprar un suelo nuevo. Esto no pasa con el parquet, ya que puede restaurarse para tener el aspecto del primer día.
El parquet es un tipo de suelo que requiere una serie de cuidados para que su estado se encuentre en perfectas condiciones. No obstante, aunque el mantenimiento de parquets es una de las tareas más delicadas a llevar a cabo, solo se tiene que realizar un mantenimiento en profundidad cada diez o doce años.
Los daños más peligrosos para un parquet son los ocasionados por roces de partículas de tierra y gravilla, por ello, instalarlo en cocinas no debería suponer un problema. De todas maneras, una de las recomendaciones para el mantenimiento de parquets es limpiarnos bies los zapatos e incluso por comodidad descalzarnos siempre que llegamos a casa para no pisar el suelo con zapatos de calle.
A parte de vigilar con las rozaduras, también debemos evitar golpes con el mobiliario o que los rayos de sol no caigan directamente sobre el parquet ya que, si el sol toca el parquet durante mucho tiempo, provocará un deterioro paulatino de su tonalidad.
También es importante vigilar los periodos ambientales ya que, durante periodos secos tendremos que aportar humedad al parquet. Del mismo modo, en los periodos más húmedos, habrá que ventilar el espacio.
Además de seguir estas recomendaciones, es fundamental limpiar el suelo frecuentemente con una mopa o trapo seco y nunca que contengan ácidos, ceras o siliconas. Si aún con todo esto el parquet sufre algún daño, podremos repararlo para quitar cualquier mancha, desgaste o golpe.
Con la reparación del parquet las juntas entre tablillas se tapan, la madera retoma su color original y el barniz vuelve a convertirse en esa capa de protección ya sea mate, satinado o brillo. Podemos restaurar el parquet acuchillándolo, puliéndolo y barnizándolo.
No obstante, debemos tener en cuenta que, con el transcurso del tiempo, suelen aparecer manchas, rasguños o irregularidades en nuestro suelo de madera, por eso la técnica de acuchillar el parquet es imprescindible.
El proceso del acuchillado consiste en lijar la capa deteriorada del parquet para retirar el barniz antiguo, así como cualquier arañazo o suciedad. Cuando lijamos el parquet, lo que hacemos es nivelar las irregularidades de la capa superficial hasta conseguir restaurar el suelo.
Al final, con pequeños gestos podemos ayudar a un correcto mantenimiento del parquet. Sin embargo, existen una serie de técnicas profesionales para la conservación del parquet de madera:
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